28.10.09

El fantasma de una pregunta o el miedo de ser genuino




Hoy recordé la pregunta que nuestra asesora metodológica hizo hace unos años en mi examen de titulación (seguro Fabiola también la recuerda). Es una pregunta que ronda como un fantasma en el ánimo de cada pequeña comunidad del aprendizaje. En su forma más espontánea la expresa la estudiante que se ha involucrado en el aprender, cuando con sinceridad expresa su miedo: "¿Y esto cómo se va a evaluar?"




La pregunta decía: "Si se evaluara a los estudiantes de su comunidad del aprendizaje con las pruebas estandarizadas para los contenidos y nivel correspondiente ¿aprobarían?"



Nuestra tesis analiza (e intima) un proyecto de intervención con un docente y sus estudiantes a lo largo de un año, mostrando el cambio colectivo de los significados sobre el aprender/enseñar. La pregunta por lo tanto cuestiona si nuestros resultados pueden ser registrados y certificados por el mercado institucionalizado de cualificación.



La pregunta está llena de feroces matices, por lo menos para mí ha portado una voz con la que dialogo y me bronqueo. Es como si contuviera toda nuestra cultura educativa: es una bomba. Pero hay que aprender a verla estallar en cámara lenta, cada paso de su explosión, cada asunto que incinera. Porque al final espero podamos desarmarla.



Por supuesto que nuestra asesora hizo la pregunta con toda inteligencia y malicia, y eso hay que agradecerlo, pero en este punto, después de vivir varios años con su presencia asechando mis vivencias educativas, no considero que sea ya de su autoría. Las experiencias educativas genuinas parecen romper, chocar, ir a un lado, encontrar otro sendero, socavar directamente elementos de esa cosa más grande que no sabemos aún atinar a llamar: sistema, estructura, cultura de la educación...



Uso el ejemplo de la estudiante justamente para señalar que ella, su profesora y algunos otros elementos forman una pequeña comunidad del aprendizaje, comunidad efímera para la institución, pero no así para sus vidas. Y lo primero que la conciencia de esta alumna reclama es saber dónde colocar esa experiencia, en base a sentir que eso que ha estado haciendo no es coherente con la cosa más grande. Así que la pregunta parece surgir cada vez que se siente ese contraste.



Desde un punto de vista teórico la pregunta puede ser resuelta apelando al principio de ecología cognitiva, emulando el modelo de Michael Cole y Silvia Scribner, podríamos mostrar la particularidad en que la comunidad del aprendizaje, por muy pequeña que sea, involucra los procesos cognitivos de los participantes, y luego compararla con otras experiencias. Tendríamos así un test con “validez ecológica”, que hipotéticamente reprobarían los estudiantes que no pasan por sus procesos, así como nuestra alumna no certificaría las pruebas tipo CENEVAL.



Lo que no tenemos y necesitamos con urgencia es un principio práctico, que nos capacite en primer lugar para evadir los efectos perjudiciales de la pregunta en la motivación de docentes y estudiantes. No se puede decir simplemente a tus compañeros: “estamos haciendo algo diferente, ya verás que los beneficios son mayores”, o “aquí no estamos dictando contenidos para que los re-dicten en el examen, aquí estamos aprendiendo algo que nos transforma”. Aunque esto sea cierto no es cierto para la práctica; porque las cosas que son ciertas en la práctica modifican el mundo social.





Cole, Michael & Scribner Silvia, Cultura y pensamiento: Relación de los procesos cognoscitivos con la cultura, Limusa México, 1977.


20.10.09

¿Quién no hizo una prueba sin saber nada?













Saludos camaradas. Para comenzar esta nueva época de las Enseñanzas Implícitas, ahora fuera de las aulas físicas, pero dentro de las vividas, elegí lo primero que está enfrente -porque si me pongo a pensar la cosa se pone bien difícil. Son las emociones y reflexiones que se desprenden de una cuenta de facebook que me divierte, me sorprende, me eriza, me cuestiona. Un sitio que conocí gracias a mi hija, y que lleva por título "para los q han dado una prueba sin saber nada!!"

Este facebook publica frases que son aprobadas y comentadas por miles, tiene al día de hoy 476,020 fans (incluyéndome). Un ejemplo en su última frase:

: D vivan los torpedos

Entiendo que los torpedos son lo que en México llamamos acordeones. Escrituras casi pictográficas en pedazos de papel, lápices, manos, brazos, piernas, bancas, pupitres, paredes, techos y ahora en los celulares, iphone, ipod, y también grabaciones de voz. Estas y otras opciones de torpedos se leen en los 3419 comentarios a la frase. Así este sitio está dedicado a celebrar todo lo que permite a los estudiantes aprobar exámenes sin saber nada, y al mismo tiempo, a socializar el fastidio, aburrimiento y tortura que representan las pruebas y la escuela en general.

La moral escolar y académica debe escandalizarse con lo que ahí escriben niños, adolescentes y jóvenes (y seguro muchos adultos). La investigación educativa rara vez registra significados como estos:


siiiiii.. casi 20000 torpeosss XD total pa eso sirve los libros para despues XDxdXDg grand


vivan mierda buta q me an ayudao ma q la xuxa¡¡

no lo niego!!!!!!-...... hoy lo hize... no sabia ni un caraj* de comunicaciones!!!!!!!.....

como la fucking! prueba de kimica ke di el sabado pasado..too por estar pensando en ti :P .... hasta se me kedo la calculator .... ahahaha!!! feroz rojo me sake por wn!!

jajajajaj......yop.!!! nunka estudie para una pprueba...¡¡¡¡¡q manera de copiar!!!

a mi siempre me pillaban los torpedos

que vivan los torpedosssss me asyudaron mucho en el coelgio y espero q me alluden el proximo añooo

u.u hoy me hicieron una prueba y no sabiaa!! ni alcanse a hacerme uno!! >.< Los torpedos impresos La llevan.... arial 4,5 o 5.... con minimo de margen ... uff... te caben como 2 guias de 4 hojas =P onda asi piola xD






"si no sabes nada puedes seguir este ejemplo", imagen subida por fan de para los q han dado una prueba sin saber nada










Sorprende que una frase tan lacónica dispare, como torpedo, este alud de comentarios. En contraste con las preguntas de los profesores e investigadores que callan a los estudiantes. Habría que decir, parafraseando a Gonzáles Rey, que las frases del facebook en cuestión conectan con la subjetividad social de los sujetos implicados.

Solo un punto de discusión que me traen dando vueltas a la escritura. La distancia abismal que expresan los estudiantes con los "objetivos" de la escuela es proporcional al vacío, mejor a la ausencia que produce la actividad escolar por sí misma.

(En una encuesta de la UNESCO, citada por Álverez y Del Río (From Activity to Directivity...) se reporta que en España y veinte países de Latinoamerica los niños y adolescentes manifiestan un profundo desapego con la escuela; en España solo 9% y en Latinoamerica solo 8% de los sujetos mencionan disfrutar ir a la escuela)


¿Y son sólo los estudiantes? ¿Cómo se llamaría el facebook que expresara los significados de los docentes?

Con mi esperanza golpeada pero intacta, Emiliano

Lethbridge Alberta, Canadá

13.8.09

de regreso... pero no a clases


Como algunos de ustedes saben me encuentro en un retiro para respirar fuera de los salones de clase, y, al mismo tiempo sumergirme en ellos para escribir.


Así que en realidad deberíamos aceptar ser como el dibujo de Escher.


17.6.09

Reflexión fin de curso 1

Difícil es expresar la vida de un salón de clases, y todas las manifestaciones que explotan fuera de ese espacio con bancas y pizarrón. Pero quiero poner en palabras, aunque sea sólo una aproximación, la vivencia de este salón de clases. Y tengo un motivo poderoso. Los que apostamos por la educación, profesores y estudiantes, luchamos cada día contra la idea de que lo que hacemos no tiene ningún valor. Es duro aceptar que esa idea viene también de la propia escuela. La institución de las calificaciones, en cualquiera de sus formas, desdeña el acto mismo de la enseñanza-aprendizaje. Se nos pide ser sujetos que únicamente cubren programas de estudio, ejecutan adecuadamente lo que se pide en estos, realizan tareas que sirven sólo para saber si se obtiene o no un requisito que después será calificado. Poco importa realmente lo que tenemos que decir, ni nuestra voz ni nuestra perspectiva. Se nos pide ser sujetos incompletos. Pero enseñar y aprender es una decisión que nos involucra por completo, con todas nuestras virtudes y defectos, con nuestra historia y futuro, nuestro cuerpo y mente. Aprender y enseñar es algo que nos afecta como personas totales en un mundo real. Nuestra lucha pues, es revalorar esa acción vital para nosotros mismos, y mostrar en actos y palabras que la educación, como fuerza creativa de individuos concretos en un mundo social concreto, es posible.


22.4.09

Tecnologias y educación. Enfoque histórico-cultural

El semestre anterior (ojo: cómo los calendarios escolares sirven para enmarcar temporalmente la experiencia), comenzamos a utilizar los blogs para que los estudiantes desarrollaran su investigación del curso. Hasta ahora nos hemos "montado a la máquina", saliendo bastante bien librados, pero sin tiempo para teorizar sobre lo que hacemos con la máquina y sobre lo que la máquina hace con nosotros al hacerlo.
Para comenzar como "buen estudiante" comencé a documentarme. Comparto dos textos de Pablo del Río. El primero está en el siguiente link:
Una cita:
"Decía Vigotsky que era muy importante lo que analizaban Marx y Engels de cómo la azada o la espada cambian la naturaleza, pero que a él le interesaba muchísimo más cómo el lápiz o el libro cambia la mente humana. Le interesaba lo que él llamaba las herramientas o los instrumentos psicológicos. Eso es realmente el quehacer nuestro. Por tanto el ser humano, como dice Vigotsky, es un ser humano artificial, el tercer sistema de memoria es que a lo biológico le hemos incorporado lo artificial, lo cultural. No podemos luchar contra lo artificial si nosotros somos el fruto de lo artificial, lo natural nuestro es ser artificiales. ¿Pero de qué manera?"
El otro texto se puede bajar aquí:
Una cita
"todo alumno con una identidad fuerte con la que la escuela mantenga un diálogo significativo alcanza un desarrollo educativo valioso. En este sentido se hace necesario que las tecnologías y los medios comunicativos no se dirijan sólo al saber técnico (cómo usarlos técnicamente) sino a su apropiación personal y social para leer y escribir la propia vida (y la de la propia cultura) y constituirse en el núcleo esencial para fortalecer su identidad y su conciencia moral, sus proyectos de vida y criterios de acción"

6.4.09

¡Ya se puede hacer comentarios!

Camaradas, le estuve picando a este asunto y ya solucioné el problema. Manuel y todos los lectores, son bienvenidos sus comentarios. Abrazos

2.4.09

Una historia del grupo para ponernos de acuerdo

Bien parece que la crisis continúa. Es buen momento para no hacerle caso, si no nos puede pasar como al náufrago que por creerse perdido en una isla separada de tierra firme no se da cuenta de que simplemente tiene que caminar por el agua poco profunda que permite ir a tierra cuando la marea baja. Mejor hagamos una historia del curso, y así entender qué es lo que hemos hecho y hacia dónde vamos. En la última clase que hablamos de los problemas del grupo, algunos expresaron que hace falta un orden que debe poner el profesor, en específico un orden de temas y también de conducta. Yo creo que el orden está ahí, el problema es que no lo compartimos, por eso también quiero que este recuento que voy a hacer sirva para plantear de nuevo a ustedes mi propuesta de curso, y hagamos lo que los politólogos llaman “contrato social”.

En nuestra primera actividad leímos el texto de Thoreau. El texto resultó difícil, y lo abordamos en el salón, haciendo lecturas en equipo y en grupo dirigidas por el profesor. La tarea correspondiente fue realizar una reflexión primero individual y luego en equipo, para después realizar un ejercicio de corrección de las reflexiones. Quiero llamar la atención sobre los objetivos de esta lectura.

El primer objetivo era utilizar el texto para reflexionar sobre la condición humana y a partir de esa reflexión tener temas/problemas para comenzar la indagación grupal.

¿Qué es la indagación grupal? Aquí es donde tenemos un primer desencuentro. La indagación grupal es un proyecto de investigación sobre problemas relacionados al programa de la materia, que realiza el grupo. De esa manera el curso se dirige por los caminos que sigue la propia indagación y no por un listado de temas a aprender. En otras palabras los temas se van haciendo conforme se hace la investigación.

El segundo objetivo era hacer una evaluación de sus habilidades de lectura y escritura. Todos nos dimos cuenta que tenemos problemas para:
· Identificar la perspectiva y el estilo del autor.
· Comprender metáforas, analogías e ironía.
· Poder expresar nuestra propia voz sobre el texto.
· Utilizar herramientas de comprensión lectora como marcar ideas principales e identificar términos y partes del texto que no se entienden.
· Preguntar al profesor sobre lo que no se entiende.

En cuanto a las correcciones que hicieron, reconozco que no he podido terminar la tarea que me corresponde, y que es mostrarles a ustedes las fortalezas y debilidades que tienen para la escritura. Mi compromiso aquí es entregar a ustedes mi reporte de ello entrando de vacaciones.

Al terminar la lectura creo que tenemos el primer nudo que explica la crisis actual. El nudo tiene que ver con que empezamos dos actividades paralelas, de las cuales ninguna la hemos podido aterrizar.

La primera actividad es la de que ustedes tomaran uno de los temas/problema planteados a partir del texto de Thoreau. Para ello escribí una guía que copio a continuación:

Tarea 2: Ensayo de preguntas y búsqueda de información

Cada quien elaboró en la clase pasada una pregunta (tema, duda, objetivo) de indagación, en base al conjunto de problemas que se desprenden de la lectura de Thoreau (ver las notas del docente)

El objetivo es "aceitar la máquina de indagación", es decir, que todos tengamos claro en qué consiste la actividad de indagación en grupo, cuál es el papel de cada uno y cúales son las acciones básicas a realizar.

Por lo anterior voy a detallar los pasos a seguir de esta tarea.

A) Primera formulación de un tema para indagar de acuerdo a la discusión del grupo.

Este paso consiste en que a manera de boceto escribimos en nuestro cuaderno de notas una idea clave, pregunta, reflexión, duda, enunciado temático, etcétera, para indagar.
Después en casa o en la biblioteca regresamos a esa anotación y tratamos de escribirla de manera que nos quede claro (y a otra persona que lo pueda leer también) qué es lo que se quiere indagar y para qué.

B) Primeras búsquedas de información.

Con nuestro texto en mano sobre qué vamos a indagar nos acercamos a la biblioteca del plantel, la cual es límitada pero tiene muchas sorpresas que ofrecer, y buscamos en las computadoras las palabras clave.
A veces encontramos pocos registros, no importa, con esos vamos a los estantes y buscamos los libros, los llevamos a las mesas y revisamos con detenimiento.
También es bueno revisar en los estantes los libros que se encuentran próximos a los que encontramos.

De la misma manera nos sumergimos en la Internet y vamos a usar el Google Académico.

En ambos casos es necesario apuntar en la libreta las referencias de las fuentes consultadas.

Cada uno debe traer a clase
1. su texto en que formula una pregunta (duda, reflexión, idea clave, etcétera) ya corregido, y
2. información de dos niveles
· enciclopedia (electrónica o impresa)
· académica (un capítulo de libro o artículo de revista)

Fecha de entrega: martes 3 de marzo

ESTAS TAREAS NO HAN SIDO REVISADAS POR EL PROFESOR

Como ven el nudo se forma cuando realizamos actividades que no tienen la debida continuidad. Dado que la indagación continúa esta tarea es fundamental para que el grupo avance. Ahora bien, cuando un profesor no cierra una tarea como esta, y en lugar de ello abre otra tarea la cosa se complica, el nudo se hace más grande. ¿Cuál es la otra tarea? La de juntar los proyectos diferentes por los temas/problema que comparten en equipo para realizar el resumen y la exposición de la información investigada. Eso es lo que estamos haciendo ahora. La cosa no es tan grave por que las dos tareas son parte del mismo proyecto. Lo que podemos hacer es quedar de acuerdo en integrar ambas tareas y estar de acuerdo en qué consisten y para qué las realizamos. Antes de plantear esto, regreso a la segunda actividad que empezamos al terminar el texto de Thoreau.

Esa segunda actividad consistió en la lectura del texto de Tomasello. Este fue el texto con el que empezamos la crisis. Resultó más difícil que el anterior. El objetivo de este texto era plantear una parte central del programa del curso, ¿se acuerdan? El curso tiene tres ejes: Condición humana, Relación Naturaleza-Cultura y Pluralidad del Conocimiento. Así que la lectura de Tomasello estaba dirigida al segundo eje, Naturaleza-Cultura. Un primer problema de esta actividad es que no planteamos de manera clara la tarea a realizar. A algunos se las he comentado en asesorías y se las explico aquí a todos.

El texto de Tomasello (que no terminamos de analizar) se relaciona con casi todos los temas/problema. Se relaciona con Evolución del ser humano, Sociedad, Cultura, Tecnología y Naturaleza. Por ello la tarea con este texto es que cada quien, desde su tema/problema, integre a la indagación las partes del texto que se relacionan. Creo que esto último lo podemos incluir en la parte que a ustedes les corresponde trabajar, esa propuesta la pongo al final.

Es comprensible pues que la crisis haya llegado hasta hoy. Empezó como un problema de falta de lectura y terminó la última clase estallando de muchas maneras. Para mi el problema principal es que hemos tenido una serie de malentendidos y mala comunicación. Si a eso sumamos muchas de las cosas que dijeron el martes: el salón es un horno, el salón no tiene buena acústica, a los estudiantes les cuesta trabajo responsabilizarse de su propio aprendizaje, el profesor se niega a implementar castigos y a ser más enérgico, hace falta realizar actividades diferentes como ver videos u otras dinámicas… Pues tenemos la impresión de un tremendo desorden.

Personalmente me molestó el ruido y la falta de atención en la última clase. Pero no me espanta para nada. Sé que el que ustedes estén calladitos no garantiza que estemos enseñando y aprendiendo. Espero que este recuento muestre mi punto de vista: que el problema central es que no estemos de acuerdo en lo que estamos haciendo, que no compartamos el mismo significado de las actividades. Si ahora podemos establecer estos significados “estamos a buen tiempo, como dice Adriana, para ponernos las pilas”.

Una nota sobre la generalización. Sé que muchos de ustedes han avanzado en sus temas/problema, otros han estado esforzándose por hacer las lecturas y enviar las tareas. Como profesor pongo mi mejor intención en guiar el aprendizaje individual, y también como profesor no voy a abandonar mi principio de que todos y todas tienen un gran potencial que ofrecer a la clase, mi principio de que la responsabilidad de un curso es siempre compartida, y mi principio de que sólo construyendo de manera colectiva podremos aquí y ahora colaborar en la revolución educativa que necesita nuestra sociedad.

Ahora sí, la propuesta de integración de las tareas para re-comenzar el curso después de semana santa.

30.3.09

1

Parafraseando la canción de Joaquín Sabina:

Yo no quiero un aula civilizada,
con asistencias y escena en el examen,
yo no quiero quince de mayo ni certificación feliz…

26.3.09

Acerca de cuando nadie lee

Llegó el momento. La crisis de “nadie leyó”. Estaba averiguando si alguien había buscado el significado del concepto cognición, y una alumna dijo “más bien debería preguntar si alguien hizo la lectura”. La clase anterior pedí levantaran la mano los que no habían leído, dada la abrumadora mayoría empezamos la estrategia de leer en clase. Venía preparado a sabiendas de que la lectura en cuestión sería de difícil acceso. Supuse, que después de esa primera sesión de lectura en colectivo todos avanzarían un poco el texto, pero no fue así.

Como ya es costumbre cuando se presenta la crisis me siento y pregunto al grupo: “¿Qué hacen sus profesores cuando ocurre esto?”. La respuesta es que se enojan, y pueden hacer dos cosas, una es regañarlos con voz seria, que incluye cuestionar a los estudiantes sobre su responsabilidad como universitarios. He escuchado a compañeros docentes que platican este caso: “hoy sí me enojé, la verdad si los regañé porque no puede ser…”. La otra es indignarse de tal forma que salen dando un portazo, o plantean eso de “doy el tema por visto”.

Hace unos semestres que me vi a mí mismo haciendo la escena del regaño, y me congeló la idea de que otros profesores en otro tiempo, cuando yo era estudiante de licenciatura, me habían enseñado qué decir y cómo. “Ustedes ya están en el nivel universitario… ya no son niños chiquitos… es un privilegio estar en la universidad… ustedes están desaprovechando la oportunidad…” Esos profesores me habían enseñado cómo comportarme automáticamente ante una situación típica del aula. Repito que verme a mí mismo como la trasmisión de una actitud y unas palabra de otros me dio escalofríos, y fue lo que me ayudó a cuestionar mi papel.

Muchas veces los docentes explicamos la falta de lectura de los estudiantes como algo “que arrastran” del sistema educativo, es decir que no leer o no hacer la tarea es un comportamiento de la cultura escolar en la que los alumnos crecieron. Aplicamos este criterio a los estudiantes, pero ¿Y nosotros? Me parece que esta trasmisión del regaño es un ejemplo claro de cómo hemos los docentes “interiorizado”, como se dice, la cultura escolar. En el enojo por la crisis hay emoción y significados que parecen simplemente pasar por nosotros.

Hace unos días la profesora Francisca del Plantel Centro Histórico me compartió una hermosa experiencia de autonomía con niños de sexto de primaria. El grupo logró establecer sus propias reglas, de tal forma que si la docente se ausentaba los estudiantes trabajaban en las tareas colectivas sin necesidad de un adulto. Esto significó para la profesora asumir también las reglas colectivas, algo que simplemente ni siquiera nos proponemos, pues significa, lo saben bien, despedirse del precioso lugar del poder en el aula, un lugar que también aumenta nuestras úlceras, gastritis, u otras enfermedades psicosomáticas gracias a los momentos que se repiten una y otra vez como la crisis de “nadie leyó”.

¿Y en qué concluyó la crisis de hoy? Después de hablar de los posibles significados de la autonomía en el aprendizaje, y de platicar sobre por qué no se leyó, establecimos unos acuerdos mínimos. Acuerdos que no son nada del otro mundo, pero que en ellos va la construcción del grupo.

24.3.09

Representar lo invisible y lo posible: la docencia como escritura (1)

Me gusta pensar la docencia como una actividad de escritura. No es enseñar ni facilitar que otros aprendan, es participar en una escritura continua. El sujeto de la educación anda como el Ulises de Homero, la escritura es su casa. En la escritura las inteligencias se encuentran, las conversaciones se desarrollan, las lecturas se ramifican, el cuerpo puede sentir lo que siente, las finalidades se expresan y los rincones de lo cotidiano se tejen. Nos hemos equivocado al creer que la escritura es esa caricatura del lápiz y el papel, un simple garabateo de sistemas formales, la paradójica producción de una individualidad: ¿Nunca te has preguntado por el sentido de un estudiante respondiendo un examen “escrito”?, ¿Te has preguntado por el sentido de ti mismo en esa escena?


La docencia como escritura es un acto político. Me refiero a comunicar imágenes, metáforas, analogías, argumentos, interpretaciones, dar voz a nuestras voces: explotar el mundo posible de las representaciones. Historizar, poetizar, analizar, sistematizar, teorizar, narrar, sublimar, codificar, formalizar, fantasiar y más. Es un acto político desde el momento en que el mundo educativo que habitamos está vacío de escritura. O, más precisamente, está cercado por escrituras autorizadas: un enorme y gris aparato burocrático de formatos y planes, pruebas y certificados, políticas y reglamentos, programas de estudio y manuales, registros escolares y toda la chorcha de los expertos que encarnan de vez en cuando esta maquinaria. Si la escritura es la posición activa que los colectivos asumen en la construcción de sus propias representaciones, nosotros, los que vivimos la educación, alumnos y docentes, hemos sido enajenados de ella.


El aula, lugar donde se escribe en el pizarrón y en las libretas, donde las plumas y los gises vuelan por horas, y para el cual un torrente de letras más se redactan, es sin embargo una página en blanco para sí misma. Hasta los salones de preescolar, con su registro de adornos de colores, de letras y números gigantes, son escrituralmente más cálidos que las indiferentes aulas universitarias en las que no queda huella del sujeto (salvo por las paletas de madera grabadas, me recuerda Manuel). Cada ciclo escolar es una historia, una épica, una aventura que se tira a la nada bajo el arbitrario y engañoso criterio de “generar conocimientos”.


Hemos aceptado la condición de que los apuntes de clase, los pizarrones llenos, las tareas, ensayos, investigaciones, materiales de estudio y reportes de lectura no tienen nada que decir. Hemos optado por una escritura que en nada nos ayuda a mejorar nuestra escritura del mundo, una escritura predecible (¿Cómo habría exámenes de otro modo?), una escritura que deja intacta nuestra propia práctica, en fin un contra sentido de escritura.

22.3.09

Los nervios del profesor en la primera clase

Las expectativas de un nuevo curso. Las posibilidades de conocimiento que se abren como caminos infinitos debajo de nuestros pies. De nueva cuenta me pregunto ¿cómo empezar? Recuerdo a los profesores en la Facultad de Psicología durante la primera clase. Se veían tan seguros, como si fueran magos haciendo magia sobre el entarimado y con el gis (la barita) en la mano. Ni un rastro de duda. ¡Y que importante era para nosotros los estudiantes esa primera clase! Algo así como la primera cita. ¿Habrá química? Como si ese acontecimiento definiera todo, definiera quién es el profesor (bromista, serio, enojón, sin chiste, exigente o barco) y quiénes son los estudiantes (aplicados, desmadrosos, unidos, divididos, desinteresados o comprometidos), y qué clase de grupo formarían juntos. Después aprendí a ver tras bambalinas, y me di cuenta que muchos de esos profesores comenzaban sus cursos siempre de la misma manera, repitiendo una rutina que les sienta cómoda y detrás de la cual se esconden de la mirada expectante de los alumnos. Aprendí a ver que esto de los salones de clase a veces es como un teatro donde todos somos al mismo tiempo actores y espectadores.

Yo también empiezo mi curso siempre de la misma manera, comunicando a los estudiantes que otra vez tengo dudas y no sé cómo empezar, expresando mis sentimientos desde este lado. Alguno de ustedes pensará “¿Qué tipo de profesor es este que habla de lo que siente?, esto sí que es raro”. Y no lo culparé. Para nosotros, los y las profesoras son hombres y mujeres de hierro, siempre con la respuesta a todas las preguntas, capaces de desplegar ante nuestros ojos esa magia de discurso y pizarrones, de conocimientos, capaces de decir qué hay que hacer y cuándo, y con el poder para decir que es conveniente aprender y qué no, y cuál es la mejor forma de hacerlo. En un sentido se parecen a los padres, pero ese es otro tema. El asunto es que tenemos una imagen del super-profesor, pero ¿Alguna vez se pusieron a pensar que los profesores también son personas? Supongamos que es el inicio de clases, así como hoy, y la nueva profesora simplemente pasa por una depre, como cualquiera de nosotros. Simplemente está un poco “bajoneada”, como se dice, tal vez porque nota un tanto ausente a su pareja, o porque se siente abrumada por el futuro del país. ¿Debemos exigir de ella que sea perfecta y oculte sus sentimientos? ¿Debe dejar de lado todo eso y transformarse como la bati-chica para dar la clase?
A lo que quiero llegar con esto es a que reflexionemos sobre el ambiente que queremos en el salón de clase. Yo prefiero un ambiente en el que se acepta que no soy perfecto y que no tengo la última palabra, un ambiente en el que pueda cometer errores, es decir donde pueda aprender. Una gran equivocación de nuestra imagen del super-profesor es creer que los que tienen el gis y la palabra no aprenden. Pues déjenme decirles que no hay panorama más depresivo para un profesor que un salón de clases donde no tiene nada que aprender (a menos que sea claro un ególatra y vanidoso).

Cuando se habla de lo mal que está la educación en este país, que si el sindicato y los maestros, que si los libros de texto, o la drogadicción y la violencia, francamente yo pregunto ¿Y qué hacemos para que la educación mejore? Parece que hablamos de la educación como algo que está muy lejos, algo que es un problema de otros y en otros lugares. Lo más paradójico es que esa charla de “que mal está la educación” muchas veces ocurre en un salón de clases. Bien, lo que yo digo es que la educación es aquí y ahora, en este salón y la hacemos nosotros. Y antes que el sindicato y todas esas cosas, esta lo que tenemos al alcance de las manos.

Es sin embargo un proceso difícil. Nos acusan de ser profesores y estudiantes tradicionales, y es cierto. Al profesor le cuesta mucho desprenderse del micrófono y ceder a los alumnos parte del control de lo que ocurre, a los estudiantes, por su parte, les cuesta mucho asumir responsabilidad y expresar su propio pensamiento. Sobre nosotros cae todo el tiempo la lápida de la evaluación y del “qué dirán”. ¿Qué dirán mis compañeros de mí si participo?, ¿Qué dirá el profesor si no tengo la respuesta?, ¿Qué dirán los alumnos de mí si me muestro débil?, ¿Qué dirán los otros profesores si mi clase no está en silencio? Y entonces nos preocupa tanto aparentar que aparentamos que enseñamos y aprendemos. Aparento que enseño temas importantes ¡Qué a nadie le importan!, aparento que aprendo, lo suficiente para resolver el examen. Pero al terminar los cursos ¿Qué realmente aprendimos? Nada, o casi nada que valga la pena para nuestras vidas. Entramos y salimos de los cursos siendo los mismos, cuando debería ser lo contrario: cada curso puede ser una aventura que nos trastoca y ayudar a ser mejores personas. Porque ¿Para qué queremos tener conocimientos si no es, como decía Goethe, para estar mejor equipados para la vida?

El ambiente de este curso es algo que tenemos a la mano y sobre el cual podemos empezar a hacer algo. Mi propuesta es sencilla, se reduce a dos palabras: COMUNICACIÓN y CONFIANZA. No tenemos que de pronto expresar nuestros sentimientos y broncas como si fuéramos grandes cuates, eso tal vez ocurra, tal vez no. Comunicación significa responsabilidad por el espacio de trabajo. ¿Qué es eso que de pronto el profesor no viene a clase y listo, sin avisar, y luego aparece la siguiente clase como si nada hubiera pasado?, y ¿Qué es eso que el estudiante de pronto desaparezca un par de semanas, o hasta un mes, y luego regrese, como si nada? Eso es una actitud que quiere decir: “me vale gorro”. No, este espacio, como decía mi maestra Blanca, lo pagan los impuestos del pueblo, y además ¿Cómo podremos aprender algo que valga la pena si no tenemos ese mínimo respeto por el espacio y las personas con quienes aprendemos?

Yo sé que cada uno y cada una de ustedes tiene sus pequeñas o grandes broncas. Y si no las tiene pronto las tendrá. Un trabajo que se puso rudo, una abuelita que está hospitalizada, un novio que no sabe lo que quiere, una distancia enorme que atravesar, un hijo que cuidar o una crisis existencial. Sé que cada uno y cada una es una persona y vive una vida. Solo en un mundo de fantasía (que algunos profesores tienen) ustedes vendrían a todas las clases y harían todas las tareas y lecturas. Pero en estas condiciones difíciles en las que estamos podemos hacer maravillas si tomamos en serio este espacio para aprender. No tengo ningún problema que por un motivo personal se ausenten, pero espero que avisen, y espero sobre todo que en lugar de compadecerse de ustedes mismos, estén dispuestos a plantear soluciones.

Piensen que este es un barco en el que navegamos juntos, pero el barco tiene imperfecciones, y necesita arreglos, ¿Qué hacemos, regresamos al puerto para hacer las reparaciones, o continuamos y vamos sobre la marcha trabajando juntos para seguir adelante? Si creemos que lo mejor es regresar, tal vez estemos pensando que un día este barco puede zarpar sin ningún problema ni dificultad. Pero ¿Cuándo será eso? ¿Cuándo viviremos en un mundo sin problemas? Creo que la idea de regresar es un poco irrealista (así como sus cursos de integración). Ahora, si somos realistas, no por eso dejamos de ser soñadores. No seremos estudiantes del TEC, ni de la UNAM, ni de la UAM, ni del POLI, pero ¿Quién dijo que esas universidades son el modelo a seguir?, ¿El modelo para quién? La UACM se hizo no sólo para dar cabida a estudiantes rechazados, se hizo sobre todo para construir una educación diferente, porque las universidades públicas y privadas tiene series limitaciones en la formación de sus estudiantes.

Fin de la primera reflexión de clase.
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